Madeira, un archipiélago portugués en el Atlántico, se perfila como un destino atractivo para jubilados que buscan una vida relajada en un entorno paradisíaco sin salir de Europa. Con un coste de vida aproximado de 900 euros al mes, es una opción económica frente a otras ciudades de la península ibérica. El alquiler de viviendas, especialmente si se elige residir fuera del centro de Funchal, no supera los 500 euros mensuales, lo que contribuye a un estilo de vida asequible. Madeira ofrece un clima cálido durante todo el año, playas tranquilas y la seguridad de contar con un sistema de salud público de calidad.
Además de su atractivo costo de vida, Madeira cuenta con un régimen fiscal favorable para pensionistas extranjeros que permite disfrutar de un impuesto reducido sobre ingresos durante los primeros diez años. Esto facilita no solo un ahorro significativo, sino también la posibilidad de alquilar propiedades en España mientras se reside en la isla. Los ciudadanos de la Unión Europea pueden trasladarse a Madeira con facilidad, ya que solo necesitan su documento de identidad para residir allí por tres meses, y tras cinco años, pueden solicitar la residencia permanente. Con todas estas ventajas, Madeira se posiciona como un destino ideal para quienes buscan disfrutar de su jubilación en un entorno idílico.