Pekín inicia investigaciones antimonopolio sobre fabricantes de chips de EE. UU. en medio de un auge de RISC-V
Pekín ha intensificado su vigilancia sobre las empresas estadounidenses de chips, focalizándose particularmente en Nvidia, al abrir investigaciones antimonopolio y de seguridad nacional. Este movimiento se produce mientras China avanza en el desarrollo de su propio ecosistema basado en RISC-V, una arquitectura abierta de procesadores que nació en la Universidad de California, Berkeley.
En Washington, el mensaje se ha vuelto claro: el escrutinio a tecnologías extranjeras por parte de China justifica una revisión similar de RISC-V. Washington se pregunta si es prudente tratar a esta arquitectura como un experimento inocuo, especialmente cuando se está integrando en sectores clave como la inteligencia artificial, la automoción y programas militares.
Las autoridades chinas han comenzado a examinar a Nvidia y su chip H20 por posibles abusos de posición y riesgos para la seguridad nacional. Este desarrollo subraya el mensaje político de que cualquier tecnología extranjera que amenace las prioridades estratégicas de Pekín será sometida a un férreo control.
RISC-V, en contraposición a arquitecturas cerradas como Arm o x86, permite un acceso abierto a ingenieros y empresas, lo que ha motivado a muchas startups y universidades a adoptar su uso. Sin embargo, esto también ha permitido a China reducir su dependencia de tecnologías occidentales al diseñar chips basados en RISC-V sin violar sanciones.
Este ambiente ha generado preocupaciones en torno a la seguridad, con argumentos que señalan el potencial de RISC-V como una vía para la evasión de controles de exportación. Además, hay temores de que el ecosistema RISC-V se esté militarizando, dado el crecimiento de las inversiones estatales y la cantidad de patentes registradas por organizaciones chinas.
No obstante, algunos expertos advierten que endurecer las regulaciones sin matices podría perjudicar la innovación estadounidense. La apertura ha sido un motor del liderazgo tecnológico de EE. UU. durante décadas, y bloquear un estándar abierto podría dañar a universidades y startups locales.
Washington se enfrenta al desafío de manejar la seguridad sin sofocar la innovación. Se sugieren medidas que incluyen controles quirúrgicos y análisis de confianza para proyectos de RISC-V en sectores críticos, así como la certificación de cadenas de suministro. La cooperación con aliados también es crucial para establecer estándares de seguridad.
A medida que RISC-V se convierte en un elemento estratégico para la soberanía tecnológica y la defensa, es esencial encontrar un balance entre la seguridad y la innovación, garantizando reglas claras sin eliminar oportunidades para la investigación abierta.

