Intel enfrenta su peor crisis en más de 50 años
A Intel se le presentan tiempos difíciles, con pérdidas de 18 bilhões de dólares en 2024, marcando un hito negativo en su historia. Los desafíos se intensifican a medida que la compañía enfrenta problemas financieros, retrasos tecnológicos y una feroz competencia en el sector de semiconductores.
El nuevo CEO, Lip-Bu Tan, tomó las riendas con la intención de simplificar la estructura y concentrarse en áreas con mayores potenciales de ingresos. Entre sus acciones iniciales se incluyen despidos masivos y recortes en inversiones. Sin embargo, la situación se complica tras las recientes declaraciones de Donald Trump, quien ha solicitado su renuncia, generando incertidumbre sobre el futuro de la compañía.
Craig Barrett, ex CEO de Intel, ha publicado un decálogo en la revista Fortune, sugiriendo medidas que podrían “salvar a Intel y a la fabricación de chips avanzados en EE. UU.”. En su propuesta, Barrett destaca la crucial importancia de Intel para la independencia tecnológica de EE. UU., ya que es la única empresa estadounidense capaz de producir chips lógicos de última generación en su territorio.
Barrett argumenta que tanto Samsung como TSMC no tienen planes de establecer fábricas en EE. UU., lo que refuerza aún más la posición de Intel. Propone que grandes clientes como NVIDIA, Apple y Google reconozcan su dependencia de Intel y ofrezcan inversión conjunta para ayudar a la compañía a recuperar su liderazgo en el mercado.
Entre sus recomendaciones se encuentran políticas que podrían incluir aranceles a la importación de chips avanzados, instrumento que serviría para movilizar tanto a los clientes como al gobierno en apoyo a Intel. Sin embargo, existen riesgos asociados, como la dependencia de inversiones externas y la posibilidad de generar tensiones comerciales internacionales.
El futuro de Intel es crítico no solo para la empresa, sino para la industria de semiconductores estadounidense en general. Como concluye Barrett, es un momento decisivo para actuar: “O se invierte ahora, o Intel quedará relegada, arrastrando consigo la capacidad de EE. UU. para liderar en fabricación de semiconductores”.